Saltar al contenido

Miedo, mal compañero de viaje

Miedo mal compañero | Raquel.Coach - Madrid

¿Es siempre el miedo mal compañero?

La respuesta es NO, no siempre será el miedo mal compañero de viaje. Partiendo de la base de que nuestro cerebro tiene como misión fundamental la de proteger nuestra vida, ante situaciones de peligro, por ejemplo la aparición de una serpiente, nuestra mente pone en marcha mecanismos de huida antes de que ni siquiera nos demos cuenta a nivel consciente de que lo que tenemos delante es un reptil de semejantes características.

El problema surge cuando lo que se siente amenazado no es nuestra supervivencia física sino ciertos aspectos de la imagen que tenemos de nosotros mismos. Miedo a la crítica, a desilusionar a otros, al qué dirán… Miedo a esa imagen que es fruto de cómo hemos ido evaluando y asimilando las experiencias que hemos ido teniendo a lo largo de nuestra vida.

El miedo que a veces tenemos en los procesos de cambio no es debido a que nuestra supervivencia física corra peligro, sino a que esa imagen que queremos proteger sí pueda correrlo. Si nosotros creemos que no estamos siendo como deberíamos ser, entonces tenemos que arreglárnoslas para disimular y actuar de una manera que no se nos note. Esta forma de actuar genera un gran desgaste que puede llegar a reducir nuestra salud y nuestra vitalidad.

Pero, ¿y qué hago cuando se presente esta sensación de falsa amenaza?

Haciéndome eco de las palabras del Dr. Mario Alonso Puig en su libro “Ahora yo” os propongo una estrategia que evitará que se pongan en marcha vuestras reacciones de ataque, huida y bloqueo ante esas situaciones en las que sentimos que es amenazada nuestra imagen y que son tan poco útiles.

Esta estrategia consta de dos fases:

1.   Tomar el papel de observador y anotar los cambios que se producen  en el cuerpo. Cuando sintamos que está en amenaza nuestra imagen, tomemos el papel de una persona que está observando desde fuera y con verdadero interés lo que está ocurriendo en nuestro cuerpo. Prestemos atención a los cambios de respiración y aumento de tensión en los diferentes grupos musculares. Con esta acción conseguimos tomar conciencia de qué está ocurriendo en nuestro organismo, cómo nos estamos sintiendo para así poder trabajar en la segunda fase: el control de nuestra respiración.

2.   Aprender a gestionar la respiración. Cuando el miedo nos captura, el primer impacto físico tiene lugar a nivel respiración. Si nos observamos en una de estas situaciones nos daremos cuenta de que o bien dejamos de respirar o respiramos muy deprisa. Es esencial que tomemos el control y cojamos aire de manera consciente y espiremos de forma más larga que la inspiración. Intentemos concentrarnos en nuestro diafragma que se moviliza según se hincha  nuestro abdomen. Si conseguimos aprender a controlar nuestra respiración lograremos que la influencia del miedo que sentimos no tenga tanta potencia.

A base de entrenamiento de esta práctica conseguiremos aprender a controlar las manifestaciones corporales que se producen tras situaciones de falsa amenaza o falso peligro físico.

Pero no sólo será suficiente trabajar el control de la respiración para hacer frente a nuestros miedos, tendremos también que aprender a gestionar los pensamientos y emociones que se están produciendo durante todo el proceso.

¿Qué es lo que creo sobre mí mismo o sobre el mundo para sentirme así?

Para trabajar nuestros miedos más profundos será necesario penetrar en la naturaleza de los mismos.

Un coach de vida o life coach puede ser crucial a la hora de ayudarte a descubrir la relación que tienen esos miedos con tu historia personal, con tus triunfos y fracasos y con la visión que tienes de tu futuro.

Si eres de los que no se conforma con el que “yo soy así, qué le voy a hacer” ponte en contacto conmigo… Juntos podemos trabajar todo aquello que frena tu crecimiento personal y la ejecución de nuevos proyectos.

Juntos es más fácil. Créeme.

¡Recuerda!

Cuántas cosas perdemos por el miedo a perder. – Paulo Coelho

¡Me encantaría que participaras!

Si el artículo ha sido de tu agrado quizá te apetezca compartirlo con tus amigos y contactos de facebook, twitter, … Debajo tienes los enlaces para poder hacerlo.

¿Cómo afrontas tú el miedo? ¿eres capaz de dominarlo? ¿te gustaría aprender el arte de saber respirar? Gracias por compartir tus comentarios con los lectores al final de esta página.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *